Manual para el cultivo de plantas del género Freesia

Características generales de las populares plantas ornamentales del género Freesia. Consejos básicos para el cultivo en el jardín de este grupo vegetal.

Descripción general de las plantas del género Freesia

Freesia es un pequeño género de plantas bulbosas (+/- 12 especies) perteneciente a la familia Iridaceae y originario de Sudáfrica. Actualmente es un grupo vegetal extremadamente popular en la jardinería mundial por la belleza de las flores. Son plantas utilizadas para decorar canteros o para la utilización de las inflorescencias en la decoración de diferentes sitios (flores de corte). Las plantas más cultivadas de este género son cultivares obtenidos por el cruce de diferentes especies con una amplia variabilidad de colores en las flores.

Variedades blancas de las flores de un cultivar del género Freesia

Las plantas de este género se caracterizan por tener un sistema radical carnoso (cormos similares a los presentes en gladiolos) y un porte herbáceo que no supera los 50 cm de altura. Las hojas son lineares, verdes, de gran tamaño (+/- 12 cm de largo) y aplanadas.

Las flores se disponen en largas inflorescencias racimosas en espiga que surgen directamente de los cormos. Cada inflorescencia puede superar los 100 cm de altura y sostener más de 6 flores. Todas las flores se caracterizan por medir +/- 8 cm de diámetro y poseer 6 tépalos redondeados con colores variables y tallas similares. Las flores toman una forma acampanada sin lograr una apertura total de los tépalos. Los tépalos pueden tener coloraciones blancas, rojas, amarillas, anaranjadas, fucsias, entre otras.

Las flores son aromáticas aportándoles un valor comercial mucho mayor.

Variedades fucsias de las flores de un cultivar del género Freesia

Consejos para el cultivo de las plantas del género Freesia

Las plantas de este grupo vegetal son fáciles de mantener en el jardín si se tienen en cuenta los siguientes aspectos:

Iluminación:

Es imprescindibles cultivarlas en sitios muy iluminados pero protegidas del sol directo. El sol intenso acelera la marchitez floral y por esto se recomienda el cultiva bajo mallas de sombreado. En climas tropicales es necesario el cultivo estricto a semisombra.

Temperaturas:

Crecen mejor en climas frescos donde las temperaturas no disminuyan de los 0ºC ni superen los 30ºC. Este grupo de plantas generalmente vegeta durante el invierno-primavera para luego entrar en reposo durante el verano. En climas extremadamente cálidos durante todo el año pueden no desarrollarse eficientemente.

Sustrato:

Es imprescindible cultivar estas plantas en un sustrato rico en nutrientes, permeable y con un pH ácido que se encuentre entre 5-6.

Frecuencia de riego:

Regar cada 48-72 horas durante la etapa de crecimiento y floración para mantener la vigorosidad de las plantas. A inicios del verano debemos dejar de regar para forzar a las plantas a entrar en latencia y poder cosechar los cormos para futuros cultivos.

Plagas y enfermedades:

Son bastante resistentes, aunque las flores, en ocasiones, son atacadas por cochinillas, ácaros y áfidos. Los cormos son afectados por nemátodos y hongos patógenos si se cultivan en sustratos infestados.